Una vez, no recuerdo por qué ni dónde, ví una publicidad italiana que (creo) era de desodorantes (pero tampoco lo recuerdo lo cual, en el fondo, habla del fracaso de la publicidad).

El punto es que había una pareja discutiendo y la mina se quedaba gritando toda clase de cosas en el medio de la calle, mientras el chabón (que se partía de lo bueno que estaba) la dejaba puteando y se iba al bar que se veía en la vereda (un bar con la entrada abierta, claro, desde donde el chabón seguía escuchando los insultos con claridad).

Por cierto, que grosso idioma el italiano para una discución de este estilo.

El punto es que en un momento dado, el tipo se hartaba, salía, caminaba hacia la mina, le agarraba la cara con las dos manos y, practicamente, se la comía de un beso.
La mujer en cuestión, claro está, se quedaba sin argumentos.

Y bueno, todo esto para decir que yo, en casos así, soy re machista (if you know what I mean).

Podría haber llegado a la misma conclusión contando la ya mítica publicidad del "seco seco" pero es demasiado conocida.