
jueves, junio 30, 2005
Mujerismos
Se sabe que las minas tenemos nuestras cosas. En realidad se sabe las cosas que tienen la mayoría y que nos hacen quedar mal al resto. Algunas, lo reconozco, molestan de una manera soberana... pero otras son inofensivas, casi casi tiernas. Acá van algunas, elegidas de manera aleatoria, como para poder postear esto en esta vida.
- Escuchar el mismo track de un cd una y otra vez ignorándo por completo que cada disco es un laburo conceptual de un artista y/o banda
- No comer postre, ni nada apetecible , sin con esto referirnos necesariamente a Viggo, y cuando el varón de turno está por deleitarse con esa última cucharada de mousse de chocolate que tanto piensa disfrutar, poner cara de gato con botas en Shrek y decir: uy, no me dejás probar un poquito...
- Hablando de comer... no comer casi nada en las primeras, parafraseando a las películas yankies, citas. Como si la víctima en cuestión, como para no repetir lo de "varón de turno", fuera a creernos que nos alimentamos de aire, tres litros de agua mineral por día y un rabanito y/o zanahoria con queso light untable.
- Decir cosas feas sobre una misma preparándo el oído para escuchar un: no, nada que ver; y, encima, calentarse cuando no llega tal respuesta
- Hablar de la amistad entre el hombre y la mujer como la única realidad de amistad posible.
- Llamar en momentos tan poco oportunos, como los cinco minutos finales de un Argentina-Brasil y decir cosas como: bue, pero no me podés atender ni dos minutos por un partido pedorro?
- Matarse con la estúpida clase de Tae Bo, ojo, sin que con esto se ofenda mi profesor tan copado, y después no poder mantener ni siquiera un "no" cuando te ofrecen chocolate
-Tener la cola y los pies helados en invierno cuando te vas a dormir
-Dar toda clase de respuestas imprecisas y desorientadoras, esperando que el otro proponga lo que nosotras tenemos en mente
-Decir cosas como: es re tarada, cuando la Salazar aparece en la tele en bolas... y?????????????, quién está pensando en que haga un análisis del Quijote?
- Dar besos obsenos con la clara desición de no llegar al otro nivel, jaaaaaaaaaaa, lo del otro nivel es para mayores de 23
- Hacernos la conductora gordita del programa de sexo y hablar a calzón quitado, lo cual explicaría porqué tenemos la cola helada en invierno, y comernos todos los mocos o ensayar una ofendida de antología cuando se nos propone pasar al cuarto, y no intermedio
- Jugar a las progre-liberales, alimentar los ratones de nuestra pareja hasta que engorden como dinosaurios, con la pseudo promesa de que algún día, quizá, nos la juguemos e invitemos a alguna amiga, no precisamente a tomar el te. Ojo, podría decir a tomar la leche, pero ustedes son grandes y no hace falta. Rellenar la espera con comentarios de colores sobre los besos que nos dimos en la secundaria con alguna fulana y comentarios zarpados sobre la turgencia de tetas de nuestra vecina de mesa. Para terminar refugiadas en sus brazos, los del hombre claramente ojerozo y desmejorado a esta altura, cuando en una esquina nos agarra distraída una buena mujer y nos estampa un: mami, como te chuparía toda la noche, sin ningún tipo de anestesia.
Como siempre digo, este blog no es necesariamente autobiográfico, pero tampoco voy a estar remarcando las partes que sí lo son.
Eso sí, pueden jugar a encontrar los paréntesis camuflados.
- Escuchar el mismo track de un cd una y otra vez ignorándo por completo que cada disco es un laburo conceptual de un artista y/o banda
- No comer postre, ni nada apetecible , sin con esto referirnos necesariamente a Viggo, y cuando el varón de turno está por deleitarse con esa última cucharada de mousse de chocolate que tanto piensa disfrutar, poner cara de gato con botas en Shrek y decir: uy, no me dejás probar un poquito...
- Hablando de comer... no comer casi nada en las primeras, parafraseando a las películas yankies, citas. Como si la víctima en cuestión, como para no repetir lo de "varón de turno", fuera a creernos que nos alimentamos de aire, tres litros de agua mineral por día y un rabanito y/o zanahoria con queso light untable.
- Decir cosas feas sobre una misma preparándo el oído para escuchar un: no, nada que ver; y, encima, calentarse cuando no llega tal respuesta
- Hablar de la amistad entre el hombre y la mujer como la única realidad de amistad posible.
- Llamar en momentos tan poco oportunos, como los cinco minutos finales de un Argentina-Brasil y decir cosas como: bue, pero no me podés atender ni dos minutos por un partido pedorro?
- Matarse con la estúpida clase de Tae Bo, ojo, sin que con esto se ofenda mi profesor tan copado, y después no poder mantener ni siquiera un "no" cuando te ofrecen chocolate
-Tener la cola y los pies helados en invierno cuando te vas a dormir
-Dar toda clase de respuestas imprecisas y desorientadoras, esperando que el otro proponga lo que nosotras tenemos en mente
-Decir cosas como: es re tarada, cuando la Salazar aparece en la tele en bolas... y?????????????, quién está pensando en que haga un análisis del Quijote?
- Dar besos obsenos con la clara desición de no llegar al otro nivel, jaaaaaaaaaaa, lo del otro nivel es para mayores de 23
- Hacernos la conductora gordita del programa de sexo y hablar a calzón quitado, lo cual explicaría porqué tenemos la cola helada en invierno, y comernos todos los mocos o ensayar una ofendida de antología cuando se nos propone pasar al cuarto, y no intermedio
- Jugar a las progre-liberales, alimentar los ratones de nuestra pareja hasta que engorden como dinosaurios, con la pseudo promesa de que algún día, quizá, nos la juguemos e invitemos a alguna amiga, no precisamente a tomar el te. Ojo, podría decir a tomar la leche, pero ustedes son grandes y no hace falta. Rellenar la espera con comentarios de colores sobre los besos que nos dimos en la secundaria con alguna fulana y comentarios zarpados sobre la turgencia de tetas de nuestra vecina de mesa. Para terminar refugiadas en sus brazos, los del hombre claramente ojerozo y desmejorado a esta altura, cuando en una esquina nos agarra distraída una buena mujer y nos estampa un: mami, como te chuparía toda la noche, sin ningún tipo de anestesia.
Como siempre digo, este blog no es necesariamente autobiográfico, pero tampoco voy a estar remarcando las partes que sí lo son.
Eso sí, pueden jugar a encontrar los paréntesis camuflados.