Quizá esto les suceda a menudo, o quizá ustedes sean personas realmente maduras y nada que ver.

El tema es más o menos este. Se sabe (como se me pego esa muletilla) que hay ciertas cosas que nos gustan y que de golpe nos parece una "carta positiva" si otra persona dice que le gustan o que las conoce. Siempre y cuando no se trate del helado de chocolate que nos gusta a todos, ni de las gomas de Pampita, o de Viggo, claro.

A lo que voy es a esas cosas que nosotros nos creemos que son re propias. Que nos hacen re "under" pero sin la parte de la fumata. Que se yo, haber visto Delikatessen y todas las temporadas de Chachacha y Todo por dos pesos, la tarta de palmitos y kanikama, haber leído el Señor de los Anillos antes de que saltara a la fama con la película, saber qué es Angra, amar el teatro de no revista y tantas pero tantísimas más que seguro se me ocurrirían si esto fuera un juego de viernes (Viernes, diría Dafoe).

Pero si uno lo piensa. Las probabilidades de que exista gente a la que le gusten esas cosas, son altas, ya que de no ser así, no se hubiera podido financiar su distribución y uno mismo no las conocería.

Lo increíble es cuando la vida te pone una persona que reúne TODOS esos gustos. Bueno, ahí hay que saber, de entrada, que los milagros existen

y/o

que miente...

lo cual puede llegar a hablar muy mal o muy bien de la persona en cuestión.

Todo depende de la ceguera con la que uno quiera mirarlo.

La vida es bella. Esto se sabe.