Del momento en que alguien, sin importar el sexo (siempre y cuando se trate de su sexo original, o en su defecto (bue, no, no de defectuoso, paren con las amenazas legales) haya avisado) pregunta en una relación: nosotros qué somos...


queda completamente inválidado todo agregado que incluya variantes del estilo: sólo para saber, no te quiero presionar, tampoco me contestes ahora, no me digas por decir y demás...

Si preguntás te la bancás y si no, no preguntas y asumís lo que mejor te parece y obras en consecuencia.


Yo, por ejemplo, soy la novia de Viggo y no ando por ahí haciéndole planteos sobre nuestra relación (eso sí, ltengo que mejorar lo de la fidelidad).