Ví Narnia.

Y contra la costumbre, no puedo dejar pasar sin hablar del tema.


Quiero decir. Bue. Ya lo saben. Narnia es mi mundo mágico de la infancia. Los personajes de Peter y Caspian fueron mis primeros amores platónicos y jugué a ser Lucy durante años.


O sea, que soy, lo que se dice, público cautivo.

Difícil que no me gustara. Mucho menos tratándose de una película que respeta el libro página por página.

Y nada. La amé. La amé así mal. De salir del cine con ganas de comprarme un arco y un carcaj (mucha literatura épica, mucha) de flechas y salir a prácticar a campo abierto. Ganas de tener un unicornio y una espada y un centauro como Orus que me cuide. Por Dios. Cómo me gustó.

Bueno, no quisiera abundar en detalles. No quisiera decir que esto tiene toda la magia (pero no es El Señor de los Anillos, no me hagan comparar mas), está bien hecha. Tiene todo el estilo. No sorprende tanto porque ya estuvo la otra antes pero tiene un mensaje simple, directo, sublime y tremendamente conmovedor.

También tiene un Peter de adulto que Dios mio, hace no tener que esperar a Caspian, ni a Rilian ni a Tirian. Pero bueno, eso son detalles menores.

Veanla, antes de que crezcan.

Gracias, una vez mas, por crear estos mundos. Gracias.