He vuelto a clases.

Esta vez a por el profesorado de lo que yo estudio... y como voy a bardear bastante en sucesivos posts no quiero poner el profesorado de qué es porque no da que lleguen gugleando, sobre todo en atención a que hay, al menos, una materia con TP grupal.

Me toca cursar en las tres sedes de la facultad de sociales, lo cual no está mal porque ninguna de las tres me queda realmente lejos, ni siquiera me quedan lejos a secas... pero, la verdad, es que en Marcelo T. me siento de visita (y encima no hay puerta en los baños!) y en la sede de Tucuman me da tristeza... inexplicable, ridícula, lo que quieran, pero me da una angustia tremenda ese lugar; quizá se entienda si aclaro qeu debe ser uno de los edificios más feos del mundo entero... Con lo que no me hace drama alguno el hecho de que haga doblete en la que me queda (unas cuadras, lo admito) más lejos (Ramos).

El punto es que esto me trae complicaciones de todo tipo con la compra de apuntes y textos que, por regla general, no suelen estar a tiempo en fotocopiadora. Pero, compenso, porque ya me equivoque dos veces (en dos semanas y media de clase) aterrizando con mi paracaídas en la sede que no debía cursar ese día, y pude aprovechar para comprar apuntes... Lo cual, me ahorró un viaje y probó la absoluta perspicacia de mi inconsciente.

Sin embargo este post, originalmente, estaba pensado en función de dos propósitos que poco tienen que ver con lo enunciado.

1- El primero, introducir el tema del profesorado ya que es la facultad asunto inagotable de pasmo y meditación, anque tema para posts.
2- Destacar el hecho no menor, probablemente hito en mi historial académico de que, finalmente, llegó el día... qué digo el día... llegaron los días en que voy a clases con las lecturas al día y los mapas conceptuales hechos.


Eso. Que parece nada, pero que, como la sed, lo es todo.


PD: Ah, y aclarar que Birabent está zarpado en bueno.