
martes, agosto 08, 2006
Un podio romanticón
Una vez dije (no confundir con el cosito ese que cuelga de la cadenita que luce en el cuello de la dama) que yo (sho, ay esha) me enamoro (faaaaaa) seguido en el cine (también).
Sí, tengo 12 años ¿y qué?
Digamos, me enamoro es un término fuerte (ahí sale la histérica) pero como ustedes... blaaaaaaaaaaaaaa
Decía. Me entienden. Enamoro. Cine. Stop.
He aquí, lo que humildemente reconozco como mis tres momentos de enamoramiento top en celuloide.
Perdón, lo que sigue es puro cine pochoclero así que si vienen con ínfulas de intelectuales los voy a dece(C)ccionar.
Es decir, tres momentos que, claramente, me hicieron mal. Pero mal mal. Es decir, mucho más mal que de costumbre.
A saber.
Puesto Tres:
Ewan McGregor cuando canta My Song en Moulin Rouge. Bah, en toda la película, sí, en todas sus películas. Pero cuando termina My Song... no sé si hay una palabra para esto. Que se yo.
Puesto Dos:
Pudo ser el puesto uno, tranquilamente. Además, venía enamoradísima de Darcy desde hacía años, cuando leí el libro. Pero esa imagen de Matthew Macfadyen, cuando aparece caminando desde re lejos, mientras sale el sol, no, no, decí que había música porque sino el cine entero hubiese podido escuchar cómo se me rompía el corazón.
Puesto Uno:
Vigo Mortensen (perdón, esa cara de sorpresa? vamos, no me sobreactúes)... otro personaje del que me había enamorado en la tinta. Así sin pensar, te tiro quince situaciones al hilo. Pero donde mal maaaaaaaaaaaaaaal... cuando piensan que está muerto y no... y vuelve, y abre la puerta de donde está el rey Theoden y los demás, antes de la batalla. En Las Dos Torres. Morí absolutamente.
No hay remate que quepa ahora.
Sí, tengo 12 años ¿y qué?
Digamos, me enamoro es un término fuerte (ahí sale la histérica) pero como ustedes... blaaaaaaaaaaaaaa
Decía. Me entienden. Enamoro. Cine. Stop.
He aquí, lo que humildemente reconozco como mis tres momentos de enamoramiento top en celuloide.
Perdón, lo que sigue es puro cine pochoclero así que si vienen con ínfulas de intelectuales los voy a dece(C)ccionar.
Es decir, tres momentos que, claramente, me hicieron mal. Pero mal mal. Es decir, mucho más mal que de costumbre.
A saber.
Puesto Tres:
Ewan McGregor cuando canta My Song en Moulin Rouge. Bah, en toda la película, sí, en todas sus películas. Pero cuando termina My Song... no sé si hay una palabra para esto. Que se yo.
Puesto Dos:
Pudo ser el puesto uno, tranquilamente. Además, venía enamoradísima de Darcy desde hacía años, cuando leí el libro. Pero esa imagen de Matthew Macfadyen, cuando aparece caminando desde re lejos, mientras sale el sol, no, no, decí que había música porque sino el cine entero hubiese podido escuchar cómo se me rompía el corazón.
Puesto Uno:
Vigo Mortensen (perdón, esa cara de sorpresa? vamos, no me sobreactúes)... otro personaje del que me había enamorado en la tinta. Así sin pensar, te tiro quince situaciones al hilo. Pero donde mal maaaaaaaaaaaaaaal... cuando piensan que está muerto y no... y vuelve, y abre la puerta de donde está el rey Theoden y los demás, antes de la batalla. En Las Dos Torres. Morí absolutamente.
No hay remate que quepa ahora.