
lunes, julio 23, 2007
Dada-Dada
Me pego terrible cagazo porque estoy completamente sola en casa y el muñequito de Shrek de la Cajita Feliz, empieza a hablar solo. Encima es el ogrito bebe, que hace, mínimo, tres semana que no anda.
Al toque voy al placard, la caja blanca y saco el bolsón de muñecos de cajitas felices, y cuando encuentro al muñeco en cuestión, no sólo no anda, sino que está apagado.
Me convenzo que, de escuchar voces, seguramente sería la de Viggo y lo dejo a mano (al muñeco, no a Viggo, esto está claro) sobre una biblioteca.
La (para esta altura) horrible criaturita verde, vuelve a hablar. Lo agarro de nuevo, lo prendo, aprieto el microbotón que tiene en la espalda y nada. Nada. Nada de nada. Igual que hace tres semanas cuando dejo de andar y, por ende, perdió todo interes para la otra criatura de la casa, que no es verde y mucho menos es horrible; y que me hizo ir a tres McDonalds para conseguir a este ogro de porquería.
Lo vuelvo a dejar en la biblioteca, y ya no habla más. Pasa una hora, dos, tres; un par de días.
Para cuando me doy cuenta, el que no hable más sólo es una cagada. Podría haber flasheado una película de pseudo terror; o, y esto era mucho más fácil y probable: un quilombo fundamentalista religioso de proporciones épicas.
Si hasta me estoy imaginando a los bautistas del sur (o eran los del norte?) apoyando mi portal www.shrekessatanico.com
Algunos, simplemente, no olemos los negocios a tiempo.
Al toque voy al placard, la caja blanca y saco el bolsón de muñecos de cajitas felices, y cuando encuentro al muñeco en cuestión, no sólo no anda, sino que está apagado.
Me convenzo que, de escuchar voces, seguramente sería la de Viggo y lo dejo a mano (al muñeco, no a Viggo, esto está claro) sobre una biblioteca.
La (para esta altura) horrible criaturita verde, vuelve a hablar. Lo agarro de nuevo, lo prendo, aprieto el microbotón que tiene en la espalda y nada. Nada. Nada de nada. Igual que hace tres semanas cuando dejo de andar y, por ende, perdió todo interes para la otra criatura de la casa, que no es verde y mucho menos es horrible; y que me hizo ir a tres McDonalds para conseguir a este ogro de porquería.
Lo vuelvo a dejar en la biblioteca, y ya no habla más. Pasa una hora, dos, tres; un par de días.
Para cuando me doy cuenta, el que no hable más sólo es una cagada. Podría haber flasheado una película de pseudo terror; o, y esto era mucho más fácil y probable: un quilombo fundamentalista religioso de proporciones épicas.
Si hasta me estoy imaginando a los bautistas del sur (o eran los del norte?) apoyando mi portal www.shrekessatanico.com
Algunos, simplemente, no olemos los negocios a tiempo.