
jueves, diciembre 13, 2007
El ultimo dia de clases
Se levanta como casi todas las otras mañanas, hablando a borbotones del sueño que acaba de tener. Esta vez, hay un pastillero, y pastillitas de colores, y un kiosco, y... estoy yo. Corre al baño y después, vuelve a su cuarto y con la luz apagada tantea en el piso, con los pies diminutamente enormes descalzos, dónde dejo las cancheretas, especie de chancletas que rebautizamos.
Viene a la cocina taloneando y me pregunta si hay salame. Le digo que sí. Y pretende desayunar tostadas con dulce de leche y salame. Pactamos en las tostadas. Aunque la negociación nos lleva una guerra y media de cosquillas.
Un día normal. Como cualquier otro jueves, miércoles, viernes, martes o lunes. En realidad no. Llegó hoy, el último día de jardín. En realidad, el último día de jardín de esta salita de tres años. Pero es el último al fin. Y ya tuvimos la fiesta. Y ya se disfrazó de Loro. Y ya bailó. Y yo ya lloré, irremediablemente. Pero hoy, hoy es el final final. Habrá más salas, más jardines, más escuelas; pero hoy, irreductiblemente algo se termina
Vamos por la calle. El con su uniforme naranja, tan irresistiblemente encantador. Yo llevandolo, de la mano, con un orgullo que bien podría hacerme explotar el alma en pedazos... Y sucede, llegan las lagrimas, y la alegria, y la emoción; todo junto. Y me mira desde su metro y pico...
- ma... estas contenta?
- Sí
- ah, menos mal.
Y en lo que él tarda en decir el menos mal, yo me trago dos, tres de los lagrimones que se me escaparon. Y sonrio, y es como si sonriera por primera vez en mi vida.
Hubo un día, en el qeu lo miré. Y él me miró... y tenía segundos de vida... aunqeu llevaba años de existencia en mi mente, en mi cuerpo, en mi alma; y era mínimo, chiquito, redondito, me cabia en un brazo... Ese día fue ayer. A lo sumo antes de ayer. Y ahora. Ahora, camina, y corre, y trepa, y grita, y llora y se rie, y me pregunta cosas increíbles, y dice que me quiere más que todos los numeros y el infinito y el universo, y se pelea, y tiene novia, y tiene amigos, y descubre el mundo, y a veces pide upa, y se encapricha, y patalea, y se enferma, y trepa toboganes, y habla sin parar, y hace planteos, y razona, y siente y... vive... cada día, con una intensidad envidiable.
Y hoy, hoy termina algo. Apenas se da cuenta. Pero yo guardo el recuerdo para los dos. Y le suelto la mano, en la puerta del jardín, como ya hice mil veces, y le digo, por decir algo, que le puse papas fritas en la mochila, para la merienda, y me da un abrazo y un beso con gusto a dulce de leche y se va... Y yo sé, recien ahora lo descubro, que hoy no terminó una etapa; sino que, empezó otra.
Y también sé, con una convicción certera, que el mundo, es un lugar mejor, cada día.
PD: Lo sé, este post tiene terribles baches de coherencia, los invito a postear conmovidos y emocionados, y ver qué pasa. Sobre todo, conmovidos.
Viene a la cocina taloneando y me pregunta si hay salame. Le digo que sí. Y pretende desayunar tostadas con dulce de leche y salame. Pactamos en las tostadas. Aunque la negociación nos lleva una guerra y media de cosquillas.
Un día normal. Como cualquier otro jueves, miércoles, viernes, martes o lunes. En realidad no. Llegó hoy, el último día de jardín. En realidad, el último día de jardín de esta salita de tres años. Pero es el último al fin. Y ya tuvimos la fiesta. Y ya se disfrazó de Loro. Y ya bailó. Y yo ya lloré, irremediablemente. Pero hoy, hoy es el final final. Habrá más salas, más jardines, más escuelas; pero hoy, irreductiblemente algo se termina
Vamos por la calle. El con su uniforme naranja, tan irresistiblemente encantador. Yo llevandolo, de la mano, con un orgullo que bien podría hacerme explotar el alma en pedazos... Y sucede, llegan las lagrimas, y la alegria, y la emoción; todo junto. Y me mira desde su metro y pico...
- ma... estas contenta?
- Sí
- ah, menos mal.
Y en lo que él tarda en decir el menos mal, yo me trago dos, tres de los lagrimones que se me escaparon. Y sonrio, y es como si sonriera por primera vez en mi vida.
Hubo un día, en el qeu lo miré. Y él me miró... y tenía segundos de vida... aunqeu llevaba años de existencia en mi mente, en mi cuerpo, en mi alma; y era mínimo, chiquito, redondito, me cabia en un brazo... Ese día fue ayer. A lo sumo antes de ayer. Y ahora. Ahora, camina, y corre, y trepa, y grita, y llora y se rie, y me pregunta cosas increíbles, y dice que me quiere más que todos los numeros y el infinito y el universo, y se pelea, y tiene novia, y tiene amigos, y descubre el mundo, y a veces pide upa, y se encapricha, y patalea, y se enferma, y trepa toboganes, y habla sin parar, y hace planteos, y razona, y siente y... vive... cada día, con una intensidad envidiable.
Y hoy, hoy termina algo. Apenas se da cuenta. Pero yo guardo el recuerdo para los dos. Y le suelto la mano, en la puerta del jardín, como ya hice mil veces, y le digo, por decir algo, que le puse papas fritas en la mochila, para la merienda, y me da un abrazo y un beso con gusto a dulce de leche y se va... Y yo sé, recien ahora lo descubro, que hoy no terminó una etapa; sino que, empezó otra.
Y también sé, con una convicción certera, que el mundo, es un lugar mejor, cada día.
PD: Lo sé, este post tiene terribles baches de coherencia, los invito a postear conmovidos y emocionados, y ver qué pasa. Sobre todo, conmovidos.