martes, enero 08, 2008
Actividad bucaneril
Estaba pensando escribir un post sobre lo mundial que es ser parte de la cultura del chetaje, pero bien, viste… y no, no daba. Me arrepentí. Pastillita va y viene, les podría decir que la cheta, pero la cheta bien, vos sabés no dice pirata dice bucanero. Lo que nos lleva al verdadero motivo de este post. Así que acá les dejo un clavadito impecable para que se golpeen el pecho y digan: yo yo yo…
En fin, parece que ahora las minitas evolucionaron a un estadio superior en la cadena evolutiva de la histeria. Ahora no es más el te quiero como amigo. ¿Para qué? Porque ahora rinde mucho más te quiero a vos, y a vos, y a vos.
A riesgo de parecer más pesado que collar de sandías, voy a seguir intentando perfilar a esta nueva clase de mujer. Por ejemplo, sigue siendo histérica a la enésima, pero además de eso… le agregó a su personalidad la pata de palo y cierto aire de bucanera kamikaze.
Ponele que es una chica normal, de su casa, que resulta que de un día para otro se encuentra con dos pretendientes y que no puede elegir entre uno y otro. ¿Qué hace? Bueno, se queda con los dos y cuando se corre el riesgo de engancharse con uno, se va con el otro. Asimismo, cuando corre el riesgo de ponerse pesada con uno, se va con el otro.
Eso le da cierto aire porque ninguno de los sospecha de la existencia del otro. Y aquí es cuando entra el engranaje bucaneril. El punto es que ser una bucanera es divertido, pero puede llegar a ser sumamente agotador. Lo bueno, es que realmente la mujer crea una propia maquinaria tan delicada que ningún hombre podría jamás llegar a suponer. Si ella vive en Once y el Uno en Belgrano, y el Dos en Villa Crespo. Se tiene que encontrar en Caballito, Acoyte y Rivadavia, y te das unas vueltitas al parque y listo. Después enfilan para la mueblada.
Para que esto funcione radicalmente, ni Uno ni Dos tienen que saber de su existencia. Si alguno de los dos sabe de la existencia del otro, estaríamos entrando de lleno en el terreno de la piratería activa, que es algo muy feo y poco recomendable.
Así se hace.
En fin, parece que ahora las minitas evolucionaron a un estadio superior en la cadena evolutiva de la histeria. Ahora no es más el te quiero como amigo. ¿Para qué? Porque ahora rinde mucho más te quiero a vos, y a vos, y a vos.
A riesgo de parecer más pesado que collar de sandías, voy a seguir intentando perfilar a esta nueva clase de mujer. Por ejemplo, sigue siendo histérica a la enésima, pero además de eso… le agregó a su personalidad la pata de palo y cierto aire de bucanera kamikaze.
Ponele que es una chica normal, de su casa, que resulta que de un día para otro se encuentra con dos pretendientes y que no puede elegir entre uno y otro. ¿Qué hace? Bueno, se queda con los dos y cuando se corre el riesgo de engancharse con uno, se va con el otro. Asimismo, cuando corre el riesgo de ponerse pesada con uno, se va con el otro.
Eso le da cierto aire porque ninguno de los sospecha de la existencia del otro. Y aquí es cuando entra el engranaje bucaneril. El punto es que ser una bucanera es divertido, pero puede llegar a ser sumamente agotador. Lo bueno, es que realmente la mujer crea una propia maquinaria tan delicada que ningún hombre podría jamás llegar a suponer. Si ella vive en Once y el Uno en Belgrano, y el Dos en Villa Crespo. Se tiene que encontrar en Caballito, Acoyte y Rivadavia, y te das unas vueltitas al parque y listo. Después enfilan para la mueblada.
Para que esto funcione radicalmente, ni Uno ni Dos tienen que saber de su existencia. Si alguno de los dos sabe de la existencia del otro, estaríamos entrando de lleno en el terreno de la piratería activa, que es algo muy feo y poco recomendable.
Así se hace.
