
miércoles, febrero 27, 2008
Sin solución de continuidad
Debido a ciertas muestras de preocupación recibidas en el mail de siempre, paso a aclarar que:
- no, no me abdujeron los extraterrestres (sí, bueno)
- tampoco me uní a una secta de fanáticos ni entré en un grupo de adoratrices (de este último, creo que estoy a días de obtener la membrecía vitalicia)
- no, no decidí arbitrariamente cerrar el blog (espero que esto no haya sido, en el fondo una sugerencia)
Digamos que... cómo decirlo. Estoy en el epicentro del caos absoluto. He perdido la conciencia, la razón y ciertas otras precarias facultades que mantenían mi existencia en un tranquilo equillibrio.
Bah. Estoy al horno. Literal y alegóricamente.
Si me preguntan hoy... hoy podría confesar las bestialidades más salvajes y también las verdades más enternecedoras... pero postear, lo que se dice pensar un post, no puedo.
Como tampoco puedo hacer dos millones de otras cosas que tengo que hacer y que voy resolviendo a duras penas, en los brevísimos instantes en los que no estoy derritiendome entre tus manos, fundiendome en tus besos, estremeciendome con tu respiración en mis orej... Nah, dejá... obviemos detalles.
Así las cosas. Paso de la euforia más absoluta e irredenta al mal humor más descarado. Sin solución de continuidad... y ustedes pensarán que simplemente me está por venir. Y sí. Pero a mí me ha estado "por venir" durante cada mes, en los últimos miles de años... y nunca, jamás, pero ni cerca, estuve tan fuera del control de mi misma.
Así estoy con un metejón de proporciones épicas. Completamente aterrada. Completamente estaqueada. Y tantos otros adjetivos que prefiero guardar para susurrarte al oído en el transcurso de la tarde.
PD: Este blog intentará, a la par de quien escribe, ya no retornar a la normalidad, sino encontrar un nuevo equilibrio en este exquisitamente placentero sinsentido.
- no, no me abdujeron los extraterrestres (sí, bueno)
- tampoco me uní a una secta de fanáticos ni entré en un grupo de adoratrices (de este último, creo que estoy a días de obtener la membrecía vitalicia)
- no, no decidí arbitrariamente cerrar el blog (espero que esto no haya sido, en el fondo una sugerencia)
Digamos que... cómo decirlo. Estoy en el epicentro del caos absoluto. He perdido la conciencia, la razón y ciertas otras precarias facultades que mantenían mi existencia en un tranquilo equillibrio.
Bah. Estoy al horno. Literal y alegóricamente.
Si me preguntan hoy... hoy podría confesar las bestialidades más salvajes y también las verdades más enternecedoras... pero postear, lo que se dice pensar un post, no puedo.
Como tampoco puedo hacer dos millones de otras cosas que tengo que hacer y que voy resolviendo a duras penas, en los brevísimos instantes en los que no estoy derritiendome entre tus manos, fundiendome en tus besos, estremeciendome con tu respiración en mis orej... Nah, dejá... obviemos detalles.
Así las cosas. Paso de la euforia más absoluta e irredenta al mal humor más descarado. Sin solución de continuidad... y ustedes pensarán que simplemente me está por venir. Y sí. Pero a mí me ha estado "por venir" durante cada mes, en los últimos miles de años... y nunca, jamás, pero ni cerca, estuve tan fuera del control de mi misma.
Así estoy con un metejón de proporciones épicas. Completamente aterrada. Completamente estaqueada. Y tantos otros adjetivos que prefiero guardar para susurrarte al oído en el transcurso de la tarde.
PD: Este blog intentará, a la par de quien escribe, ya no retornar a la normalidad, sino encontrar un nuevo equilibrio en este exquisitamente placentero sinsentido.