
jueves, marzo 27, 2008
Tengo un puto en la terraza
Viene mi amiga N.
Bah, en realidad N. es amiga de M. que es amiga de G. que es mi Amiga. Esta aclaración innecesaria, probablemente les ayude a... nada. Bien. Decía, viene mi amiga N. y me dice que está mal, muy mal.
Bla bla bla bla... un tipo... bla bla bla, en realidad un pendejo (23 años él; 34, ella)... bla bla bla, después de CENSURADO, siempre lo llama la mamá por teléfono (¿la mamá o la novia? por suerte ni pregunto en voz alta)... y él, se va corriendo (ni la mamá ni la novia, un amigo copado... sí, también me lo guardo... y ni siquiera remato un obvio chiste).
Le contesto, en cambio, que BLA (así, mayúsculo)... como para estar así por un tipo. Me mira, seria, y casi al borde del pánico me suelta un: No, eso no es todo... en mi casa vive un fantasma que me espera sentado en las escaleras todas las noches....
...
...
Me atraganto con la carcajada que reprimo en cuanto me doy cuenta que no jode; se me llenan los ojos de lágrimas (porque por algún lado tiene que salir), y antes de poder hablar (solo Dios sabe qué dije) estoy una hora tosiendo en lo que probablemente sea el día que más cerca estuve de morir ahogada.
Ahora yo digo... por qué si Buenos Aires tiene taaaaaaantosssss psicologos, esta buena cristiana tiene que venir a contarle algo como esto a alguien como yo: "Tengo un fantasma en la escalera"... Ni Capussoto mirá, ni Capusotto.
PD: mañana juego... claro, en realidad a diario, pero quise decir que mañana habrá juego.
Bah, en realidad N. es amiga de M. que es amiga de G. que es mi Amiga. Esta aclaración innecesaria, probablemente les ayude a... nada. Bien. Decía, viene mi amiga N. y me dice que está mal, muy mal.
Bla bla bla bla... un tipo... bla bla bla, en realidad un pendejo (23 años él; 34, ella)... bla bla bla, después de CENSURADO, siempre lo llama la mamá por teléfono (¿la mamá o la novia? por suerte ni pregunto en voz alta)... y él, se va corriendo (ni la mamá ni la novia, un amigo copado... sí, también me lo guardo... y ni siquiera remato un obvio chiste).
Le contesto, en cambio, que BLA (así, mayúsculo)... como para estar así por un tipo. Me mira, seria, y casi al borde del pánico me suelta un: No, eso no es todo... en mi casa vive un fantasma que me espera sentado en las escaleras todas las noches....
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Me atraganto con la carcajada que reprimo en cuanto me doy cuenta que no jode; se me llenan los ojos de lágrimas (porque por algún lado tiene que salir), y antes de poder hablar (solo Dios sabe qué dije) estoy una hora tosiendo en lo que probablemente sea el día que más cerca estuve de morir ahogada.
Ahora yo digo... por qué si Buenos Aires tiene taaaaaaantosssss psicologos, esta buena cristiana tiene que venir a contarle algo como esto a alguien como yo: "Tengo un fantasma en la escalera"... Ni Capussoto mirá, ni Capusotto.
PD: mañana juego... claro, en realidad a diario, pero quise decir que mañana habrá juego.